martes, febrero 10, 2015

Sigue corriendo...

Llegaste en una cajita adornada para regalo. Saliste con la fuerza que te caracterizaba. Por supuesto, te lastimaste la nariz, pero no te importó. Querías acomodarte con las personas. Tus patitas le mancharon el pantalón (blanco, por cierto) a una estudiante de la facultad, pero ella no se molestó. Sería que de tan bonita, todo se te perdonaba.

Te costó trabajo acomodarte en el pequeñísimo patio de la pequeñísima casa. Lloraste varias noches y uno que no sabía de cariño, salía a gritar. Eso si, rápido entendiste que no debías orinar la sala, porque el periódico se movía más veloz que tu poderosa cola. Esa cola, con la fuerza, grosor y velocidad de un látigo, cuantas personas alejó.

Por supuesto, no era tu única manera de hacerte sentir. Tu ladrido asustaba a más de uno en la cuadra, que si hubieran conocido la fuerza de tus abrazos (en un año ya nos llegabas al pecho, dada nuestra complexión de Hobbit), menos se hubieran acercado. 

Tu nombre causaba extrañeza por que no era notoria tu característica a simple vista. Sólo quien se acercaba lo suficiente podía ver tus manchitas en la piel.

Tuviste crías en cantidades industriales: 14 en cada una de las dos ocasiones en que estuviste preñada. Fue difícil acomodar a tantos (no estaba de moda la adopción de criollos) pero hubo buenos corazones que nos ayudaron.

Sufriste la dieta de hambre que mis escasos recursos te podían dar, sobre todo con retazos de pollo que no te caían tan bien, pero es lo que había. Eso si, cuando se pudo, te compré tu casita en forma de iglú, pero la dejaste pronto, no te acomodabas.

Corriste junto a mi bicicleta y llegamos lejos, no en balde tus poderosas patas, pesadas, fuertes. Te metías en todos los charcos que podías, pero no importaba, al regresar te bañabas en regadera. Después de cada baño te tendías en el lavadero (otra cosa que te permitían tus poderosas patas). Soñabas y te secabas, el sol nos sonreía.

Hoy detuviste tu camino, tras catorce años de fiel compañía. Nos dejas un hueco, lagrimas y muchos recuerdos, pero como te dije, nos vemos más tarde. Sigue corriendo manchas.


Manchas (2001-2015)

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