sábado, septiembre 07, 2013

Inequidad

Dice Pablo Boullosa en su libro "Dilemas clásicos para mexicanos y otros supervivientes" que "... lo fácil es amar al mundo, lo difícil es amar a tu vecino...". (aquí puede obtener una muestra gratis). Por ello, es muy fácil desear suerte, luz o bendiciones a nuestros conocidos. El verdadero problema se presenta cuando se nos pide algo más terrenal a cambio (ya sabe: dinero, tiempo, un abrazo).

En otra parte del libro, expresa que deberíamos generar una auténtica meritocracia, en la que quien más haga, más gane. La idea es interesante y puede verse desde dos ángulos, encontrados entre sí: 
a)Es justo que quién más haga, obtenga más
b)Es injusto, porque no todos tenemos las mismas bases

Sin importar la premisa que se ajuste a sus preferencias, me gustaría apuntar un hecho innegable en nuestra sociedad mexicana: la inequidad.Esta inequidad genera rencor y discriminación, pero como muchas otras cosas, no se gestó de la nada o en el éter: proviene de ejemplos reales y que vivimos (a veces sin estar plenamente consientes de ellos) todos los días.

Nuestra clase política es una de las más onerosas a nivel mundial (vea esta nota; y esta otra – costo del IFE). Al mismo tiempo, es poco eficiente: cada una de sus iniciativas cuesta mucho dinero (aquí). Los conflictos recientes, por una parte con la reforma laboral a los trabajadores de la educación (mal llamada reforma educativa) y por otro la reforma energética, me hacen pensar en el comic Watchmen, en el que se retoma la frase: Quis custodiet ipsos custodes? (¿Quién vigila a los vigilantes?). 

La relación (algo forzada, lo acepto) la encuentro en que dichas reformas parten de la premisa de la productividad y de la competitividad, pero me preocupa que el planteamiento venga de una conjunto de personas que en poco (o casi nada) se acercan a dichas definiciones.

Por ello, me parece necesario retomar estos ejemplos, no como broma, sino como algo que debería aplicarse a nuestra clase política toda, pues como se suele decir, la casa se barre de arriba hacia abajo, y no al revés.


Por supuesto, en México también hay propuestas como esta (que curiosamente surge del grupo de ¡Luis Carlos Ugalde! – el chiste se cuenta solo), o la de Sergio Aguayo ¡Ya bájenle!

Como mencione antes, una sociedad con tan dispares salarios (por si no tenía usted idea; otro estudio, o esta nota del Universal) no puede aspirar a la tranquilidad; aunque no lo dije antes, en lo personal creo más en la equidad (dar a cada quien lo que necesita) que en la igualdad (no estamos en plan comunista) y mantener a una clase política tan onerosa, es un lastre para el país. A lo mejor y esta causa si nos une.

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