viernes, marzo 18, 2011

Las telenovelas de Lujambio

Como ya se ha reproducido en los medios de comunicación, el Secretario de Educación Pública de México, Alonso Lujambio, consideró a las telenovelas como un "instrumento importante" para abatir el rezago educativo (2011, La Jornada).

Para quienes trabajamos en el sector educativo, dicha afirmación no resulta sorprendente, pues se reconoce la influencia del entorno psicosocial como fuente importante de aprendizaje.

Ahora bien, necesitamos identificar primero cual es la idea que tenemos (y que queremos) acerca de la educación y de la formación de los ciudadanos de un país. En entrevista radiofónica con Carmen Aristegui (MVS radio) del día de hoy (18 de marzo de 2011), el secretario reconoció no ver telenovelas, y acotó que su comentario fue era una suerte de "nota mental" o pensamiento en voz alta: su idea es que las telenovelas PODRÍAN ayudar a educar a la población.

No puedo dejar de compartir esa intención, pues como ya mencioné, es fácil entender que el medio influye en el aprendizaje de las personas: nos educamos con las charlas con amigos y familiares, viendo la televisión (no solamente telenovelas), navegando en la web, caminando con la compañía adecuada por la ciudad, visitando el campo, leyendo en otro idioma, escuchando música, viendo películas, entre toda una gama de actividades.

Aprendemos de todo lo anterior porque son creaciones culturales, interpretaciones de los existente, sea real o imaginario, que tiene en general la intención de comunicar algo (se dice que el lenguaje es el vehículo de la cultura).

Sin embargo, también es cierto que existen manifestaciones culturales más complejas, que requieren una mayor trabajo en su interpretación o lectura. No son más valiosas, pero si enseñan más, o mejor aun, aprendemos más al interactuar con ellas.

Lo anterior podría llevar a la lectura fácil (y equivocada) de que es mejor el Quijote que el "Sensacional de traileros", pero no es mi idea. Ambos comunican un mensaje y éste será valorado en función a las ideas, creencias y valores de quien los recibe. De hecho, coincido con las expresiones de Álvaro Cueva, compartidas en el programa Coordenada 102.5 de MVS radio; él dice que "...ni todos los libros son obras de arte, no todas las telenovelas son basura..."


Por supuesto, para nadie es ningún secreto la estructura lineal de la mayoría de las telenovelas: existe un bueno que sufre y es humillado por alguien muy malo, pero al final, el bueno triunfa*. Así, las historias transcurren sin sorpresa, apelando a las peores expresiones del sentimentalismo, y sin dejar practicamente ninguna reflexión, cosa que si ocurre con las mejores expresiones de la literatura o el cine (ustedes elijan sus nombres).

Por ello, las palabras expresadas por el Secretario Lujambio son desafortunadas porque a mi juicio demuestran ignorancia sobre lo que en realidad ocurre en las telenovelas del país; les concedió un valor que no han mostrado a cabalidad en su larga historia; y los valores que muestran son anticuados para un país como México, que pretende ser funcional en el siglo XXI.

Para concluir, retomaría a Oscar Wilde quien afirmaba que el arte no debería intentar volverse popular, más bien la gente debería volverse artista ¿Se podrá? La respuesta esta en la educación, entendiendo ésta en su expresión más amplia.


Jorge Sandín Gómez
Profesor de Química, pasante de Maestro en Sistemas de Calidad y Psicólogo en entrenamiento.




*NOTA: Tantos años educados así, pudiera verse reflejado en la postura que han adoptado los productores de Presento Culpable, como analiza Antonio Imperial en Animal Político

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