Desde el primer día, fue notoria la disposición de todos a compartir y crear un gran grupo. El tiempo nos dio la razón y cada dia de convivencia confirmó la apreciación inicial. Clases, risas, tareas y el esfuerzo cotidiano, fueron los ingredientes que permitieron que un grupo de estudiantes de bachillerato se conformaran en un grupo de amigos.
Mucha agua ha corrido desde entonces, sin embargo, para mi, parece que fue ayer cuando en un Diciembre del mismo año, nos reuniamos a comer tostadas de tinga en casa de Mónica Tobías, o cerca de la semana santa de 1993, compartíamos un buen baile en la casa de Rubén Novelo, o despedíamos a Gabriel Baldor, que partía rumbo a Baja California.
La vida da oportunidades, y uno decide si las toma o no. Yo he decidido permanecer con todos ustedes, y agradezco que retomemos el contacto. Estoy seguro que este es el principio de un nuevo camino compartido.
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